Nada de lo que hacemos o decimos se pierde en el vacío. El aire está lleno del pensamiento de todos. Almafuerte. (1854-1917)

domingo, 6 de julio de 2014

El retrato en el arte moderno

Durante los siglos XIX-XX el retrato  se convierte  en algo popular. Se buscan nuevas formas de expresión y se rompe con los conceptos artísticos vigentes hasta entonces. Será durante el siglo XIX cuando se inicia un interés por la representación de rostros anónimos, haciendo hincapié en la expresión y el alma humana, la crueldad, la violencia  o el dolor como haría Francisco de Goya o Eugéne Géricault.


En el siglo XX serán Giorgio Chirico o Warhol los que representarán los gestos de una forma  provocativa o humorística. Ya no será importante el reconocimiento físico, moral, social, intelectual o espiritual para representar al retratado. Se dará valor a la expresividad del pintor ante  Será ante la presencia del personaje.
Se pierde por tanto la “ilusión” de realidad, para dar paso al subjetivismo

El realismo ya no es importante y tampoco el embellecimiento. No se busca la representación de la belleza en particular sino la captación del espíritu moderno, lo feo, grotesco o lo macabro. 
Francis Bacon interpreta una serie de retratos inspirados en la mascaras mortuoria de Willian Blake, que representa la soledad y el drama a través del rostro imperturbable de un muerto. Para Bacón la sangre o la violencia serán el reflejo de los males del alma.

 Otra tendencia  gira hacia la fragmentación, la seriación, la duplicación e incluso disolución de las formas humanas. Dice Pedro Azara
 “Desde hace un siglo, incluso la obra de pintores tan cotizados como López o Freud huelen a descomposición. “

Fragmentación: 
Picasso  en su búsqueda de la conexión de las formas y el espacio disolvió al ser humano con su entorno, como en el Retrato de Doniel-Henrry Kohnweiler (1910)  A pesar de esta desconstrucción la visión mental nos permite vislumbrar el rostro a través de unos puntos de referencia que ayudan a percibir incluso rasgos individuales del personaje, como su altivez, el bigote o la nariz afilada…


Seriación: tenemos algunos ejemplos en Francis Bacon que realiza un estudio de retratos formados por series de tres lienzos, mostrando las diferentes perspectivas de un mismo personaje. Bacon busca distorsionar los rasgos para dar con esa desfiguración un testimonio de apariencia. Un ejemplo son los Tres estudios del retrato de Lucian Freud (1965) o
Andy Warhol convierte la famosa imagen de Marilyn en un producto de la sociedad de masas, con el uso de la fotografía y la seriación de la imagen en la obra “Twenty five Marilyns”

Con estos ejemplos comprobamos que la tendencia a la disolución de las formas en el retrato contemporáneo es clara. Se da protagonismo a la materia pictórica con la que el artista modela la figura a través de grandes pinceladas, grandes manchas cromáticas, contornos imprecisos o pinceladas, pixeladas formadas mediante la yuxtaposición y composición de  fotografías.


Chuck Close inició una experiencia que denominó retratos foto realistas conformados por miles de fotos tratadas de diferentes formas.
Robert Silver creó un programa en 1995 que le permitió crear imagen de un personaje  mediante miles de fotos clasificadas según sus características: luz, densidad etc…Así, será el espectador quien mediante la contemplación 
e imaginación vislumbre el rostro desfigurado de la imagen.
“Esta nueva concepción del retrato nos abre la puerta hacia una nueva concepción del arte

En el arte contemporáneo es improbable que un retrato sea el fiel reflejo de la realidad. Se espera una obra de arte subjetiva y deformada. Para la realidad ya está la fotografía. Así el retrato se desvincula de la necesidad de reconocimiento y trabaja con nuevos recursos plásticos y estéticos. Martínez Artero dice que el retrato contemporáneo es un autorretrato del artista, pues es la figura que interesa en una época que se caracteriza por la sobrevaloración del éxito social.

“No obstante la disolución nunca es absoluta en el retrato contemporáneo, ni siquiera en su más alto grado de abstracción, pues por definición este género siempre exige un punto de verdad, bien sea a través de la indicación del título, bien a través de unos trazos básicos en los que se reconocen ojos, boca, nariz o algún rasgo corporal, bien gracias a alguna referencia particular. Algo que nos permita anclarnos en una identidad, puesto que esta debe estar presente de forma necesaria en un retrato.”



Bibliografía
RODRIGUEZ MOYA I. El retrato contemporáneo. Del realismo a la pérdida del rostro. CBN Revista de estética y arte contemporáneo. Revista nº 2 Diciembre 2010. 
 MARTÍNEZ ARTERO R. El retrato. Del sujeto en el retrato Ed. Intervención cultural. 2004. P 165




4 comentarios:

  1. La cara es el espejo del alma y en ese espejo debe ser -yo soy un lego- muy difícil trabajar.De cualquier manera reconozco el trabajo de un genio cuando lo veo y en esas obras observo trazos de genialidad. De Goya me hablaba mi amigo Pepe en los ochenta como el gran revolucionario de la pintura de su época, alguien que adelantó el trabajo de otros, que se encontraron la farena hecha, muchas décadas. Gracias por estas entradas tan interesantes. José Luis Tirado

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  2. Desde luego, si has leído esto es porque te gusta el arte y te agradezco que aportes tu opinión de no tan lego, como dices. Para mí Goya es innovador, muchos artista es cierto que bebieron de él, pero...¿En cuantos anteriores se apoyó para sacar el genio que llevaba dentro? Esta transmisión ocurre en todas las artes, tú que eres flamenco sabes que es así, y si no me corriges. Para llegar a lo actual han tenido que cambiar demasiadas cosas en la sociedad, un cambio de mentalidad que produce nuevas obras. Pues así estamos. Lo nuevo que esté por llegar seguro que lo vemos...¡Con la velocidad que va todo!
    Un abrazo

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  3. Me parece increíble ver cómo a través del tiempo, la percepción que tenemos de nosotros mismos y de los demás, también logra transfigurarse dentro del arte, donde esta "evolución" es percibida de una forma más precisa, más tangible, cumpliendo un papel netamente expresivo pero que va más allá, reflejando incluso el contexto histórico de su creación.
    "El realismo ya no es importante y tampoco el embellecimiento. No se busca la representación de la belleza en particular sino la captación del espíritu moderno, lo feo, grotesco o lo macabro." Esas dos líneas sintetizan todo, podría llevar esto incluso a otras ramas como la literatura, el teatro, etc.
    Me pregunto qué vendrá después, o si será (hoy y a futuro) tal y como lo da a entender Martínez Artero, donde fría y literalmente trata al artista contemporáneo como un "neonarciso" (y no creo que esté muy alejado de la realidad de muchos).
    Me ha encantado tu página, te mando un abrazo. (:

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  4. Gracias Ariel por tu comentario. El arte contemporáneo está en proceso de formación con una nueva mentalidad y modelos. La ruptura con las viejas formas, pintura, escultura...se ha producido. El arte ya no tiene límites y eso es algo bueno a la vez que complicado para según que mentalidad.
    El retrato no es ajeno a estos cambios en los que intervienen muchas facetas de distintos ámbitos. Filosofía, antropología, psiquiatría, política, sociología...todas estas disciplinas y más, enriquecen el arte en estos momentos, solo hay que estar pendiente para captarlo.
    Recibe un fuerte abrazo.

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