Nada de lo que hacemos o decimos se pierde en el vacío. El aire está lleno del pensamiento de todos. Almafuerte. (1854-1917)

jueves, 25 de abril de 2013

Velázquez y Carducho: enemigos en la Corte.


Fue en 1627 cuando Felipe IV convoca un concurso de pintura con el tema de La expulsión de los moriscos. A este certamen se presentan varios artistas, entre ellos Velázquez y el que hasta entonces era pintor de cámara del rey, Vicente Carducho. 
El concurso lo gana Velázquez, a pesar de ser  Carducho la personalidad más influyente de la escuela madrileña. Para colmo, el rey nombra al ganador ujier de cámara.
El enfrentamiento artístico entre ambos estaba servido. Carducho para desquitarse, escribe en contra de ciertos pintores naturalistas, entre los que se encuentra Velázquez. Todo ello lo refleja en su obra “Diálogos de la Pintura”.
La disputa se acrecienta cuando deben decorar el Salón de Reinos: los cuadros encargados a Carducho (tres grandes escenas de batalla) los termina con largas inscripciones en latín indicando que era “pintor del rey”. En respuesta Velázquez deja sin firmar Las Lanzas y el Retrato ecuestre de Felipe IV, asegurando que sus obras no necesitaban firma para identificar su personalísimo estilo.






No se encontrará rúbrica en estos cuadros, aunque si nos fijamos en la esquina inferior derecha de ambos, veremos sendas hojas de papel en blanco, que no tienen ninguna relación narrativa con el resto del cuadro. 
Es una especie de anti-firma, pues es una ostentación de la voluntad del pintor de no especificar su nombre.







Este es otro de los relatos históricos que se han pedido como tarea para el curso virtual de Barroco y Renacimiento, que en estos días ha terminado. Desde aquí os lo recomiendo.