Este es un fragmento de un trabajo de 25 páginas que estoy haciendo para la asignatura de Teoría del Arte del grado de Historia del Arte. El título es "Antiguedad clásica: Teorías estéticas aplicadas al retrato."
El concepto de artista no existía en la Antigüedad clásica. Se consideraba que eran artesanos y se le tenía escasa estima. Al
escultor y al pintor se le llamaba banausos e implicaba bajo y vulgar por el hecho de trabajar con las manos. Sin embargo la cultura griega
distingue entre la obra de arte y el artista que la produce, Plutarco dice: “Disfrutamos de la obra y despreciamos al
artista”
Esta situación dio lugar a debates entre filósofos que se preguntaban si las obras de los artesanos tenían "algo más" es decir, si usaban su imaginación o si estaban impregnadas por el sentimiento y el estilo de su autor. Pero como el concepto de dichas obras es muy diferente al que concebimos en la actualidad, la pregunta se inició cuando se representaba visualmente a los dioses y por qué de una determinada forma. Se consideró que puesto que los dioses eran invisibles no podría ser adecuada su representación visual.
Estas
corrientes de pensamiento llevaron a cuestionarse qué ocurría en la
mente del artista, que les permitía percibir la forma divina.
Según Dion de Prusa las imágenes
que hacen los hombres de los dioses proceden de cuatro fuentes:
v Una
imagen innata que reside en el alma,
v Las imágenes que transmiten los poetas
v Las
que presentan los legisladores.
v La
cuarta la pone en boca de Fidias: “…aquella
que deriva del arte plástico y del trabajo de expertos artesanos que hacen
estatuas y representaciones de los dioses, me refiero a pintores y escultores y canteros que
trabajan la piedra; en una palabra, todo el que se considere merecedor de
ofrecerse como retratista de la naturaleza divina a través del uso del arte.”[1]
Dión se anticipa a la creencia
medieval, asegurando que las imágenes que proceden del arte son peligrosas. Su
análisis sobre el poder creativo del artista no alude a la fantasía, aunque
admite que al configurar su obra está siguiendo la imagen que reside en su
mente. Este proceso de creación se convirtió en un problema donde críticos y
filósofos se preguntaban: “¿Cuál es el origen de la forma en la que él moldea
su material y cómo se transfiere esta forma de su mente a una pieza de mármol o
a una pared? [2]Llegado
este punto, la cultura clásica estaba preparada para desarrollar una teoría
psicológica del artista creativo.
Quintiliano nos ofrece una
definición de fantasía en el siglo I d.C. “Lo
que los griegos llaman phantasiai nosotros llamamos visiones; imágenes que
representan objetos ausentes de una forma tan clara para la mente, que creemos
verlos con nuestros ojos y tenerlo ante nosotros”.[3] La
fantasía estuvo también relacionada con la concepción de una imagen mental y
por ello se la pudo considerar como el origen de la obra del artista.
Para ser un artista no era
suficiente percibir una imagen mental fantasiosa, era necesario transmitir su
visión a la materia, además de técnica,
habilidad y maestría en las reglas. Apolonio
dice que “la facultad de imitar le
viene al hombre por naturaleza, pero la de pintar, por el arte.”[4]
Filostrato el Joven, siguiendo
los pasos de su abuelo, escribió sobre arte en el siglo III d.C. y opina sobre
el artista “debe poseer un buen
conocimiento de la naturaleza humana, debe ser capa de discernir los signos del
carácter de los hombres, incluso cuando estén en silencio, así como lo que se
revela por el aspecto de las mejillas y la expresión de los ojos y de las cejas
y, resumiendo el asunto, todo lo que tiene que ver con el espíritu”.[5] La
tarea más importante del pintor es mostrar el carácter, las emociones y los
estados de la mente.
Pero la apreciación de la
expresión actúa en contra de la belleza simétrica, “pues la medida y la simetría equivale
universalmente a la belleza y a la virtud”.Afirma Platón
Aunque es cierto que durante este
periodo de tiempo, desde Platón en el siglo IV a.C. y el III d.C. el estatus
del artista experimenta varios cambios, pero nunca se consideró al pintor y al
escultor provisto de inspiración, como es el caso de los músicos o poetas.
Platón explica que
estos últimos no componen sus obras siguiendo solamente las reglas de la
techné, sino que es la intervención divina la que los hace capaces de crear sus
obras.
Nunca te he dicho que tengo una hija que estudia arqueología y que últimamente me estoy sumiendo en temas de la antigüedad de la historia a través de lo que ella comenta en casa. Me parece muy interesante tu entrada, no sabía el poco interés que en la Antigüedad clásica había por los artistas, menos mal que a través del discurso del tiempo se les ha ido valorando. Quién sería hoy capaz de vivir sin museos, conciertos, teatro, etc... a mí no me merecería la pena vivir. Un saludo, Antonia.
ResponderEliminarSi hubieras nacido en la Grecia clásica tú serias considerado artista. Los poetas y los músicos tenían un lugar cerca de los dioses y eran visitados por las musas. Eso te ha gustado, lo sé. Pero bueno, menos mal que pertenecemos a esta época.
EliminarPor cierto, me alegra tu participación. Un abrazo.
P.D. ¡Ánimo a esa niña con la Arqueología! Son la base de nuestro pasado y sin pasado no somos nada.
EliminarBuenisima entrada amiga....La contribución del hombre para el hombre que hermosa virtud ! Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Idolidia, la historia es una lucha del ser humano para conseguir, sobre todo dignidad. Es lo menos que podemos desear ¿No te parece?
ResponderEliminarUn abrazo.