Nada de lo que hacemos o decimos se pierde en el vacío. El aire está lleno del pensamiento de todos. Almafuerte. (1854-1917)

miércoles, 8 de octubre de 2014

Sobre el ébola


Cada vez que  un tema ocupa las portadas de periódicos, telediarios y que está presente en los conversaciones de las personas corrientes, releo el Decálogo de manipulación de Noam Chomski y  compruebo que a este caso se pueden ajustar al menos tres leyes:

- La estrategia de la distracción como elemento de control social. Desviar la atención del público de los problemas más importantes y de los cambios que deciden las élites políticas y económicas.
-Crear problemas y ofrecer soluciones: Es el método del problema-reacción-solución. Se crea el problema causando una reacción en el público, con el fin de que este sea el demandante de las medidas que se quieren imponer. Estas suelen ir asociadas a leyes que mermen la libertad social o individual como última medida.
- Utilizar el aspecto emocional más que la reflexión. Se trata de una técnica para causar un choque en el análisis racional, anulando el sentido crítico de los individuos. La utilización de las emociones permite introducir en el subconciente ideas, temores y miedos, sobre todo miedos. La mejor arma de los gobernantes.
Vemos a la enfermera auxiliar infectada, dando lugar a pensar que todos podemos ser víctimas y a tocar la fibra sensible queriendo sacrificar a su perro…¡¡A Excalibur¡¡

Se pueden entresacar muchas más conclusiones basadas en estas reglas, pero solo hay que recordar la gripe A y el fabuloso montaje que supuso para las farmacéuticas, aunque en el fondo poca gente lo creyó. Esta vez han ido poco a poco haciéndonos ver lo peligrosa que es esta enfermedad para los occidentales no para los africanos, que además de parecer menos importantes, carecen de recursos para comprar los medicamentos. ¿Es este otro montaje económico?
La cadena de errores va sumando y parece que todo está previsto para meter el miedo en el cuerpo: El religioso que trajeron no sé para qué: seguro que no le preguntaron a él. El recibimiento con esos trajes imponentes, y aún así se contagian. No sé…me huele a chamusquina y además no creo que Ana Mato tenga toda la culpa, creo que no tiene tanto poder como para decidir. ¿A quién obedece? A la OMS o a empresas de medicamentos y similares. A saber…
Os ofrezco este interesante vídeo de Josep Pamíes donde  da su opinión. Si podéis le prestáis atención porque desentraña muchos aspectos turbios de este tema.

                                https://www.youtube.com/watch?v=czBaB_XE72c