Nada de lo que hacemos o decimos se pierde en el vacío. El aire está lleno del pensamiento de todos. Almafuerte. (1854-1917)

martes, 23 de noviembre de 2010

El Flamenco. Patrimonio de la humanidad.

El flamenco es parte del folclore musical. Es cultura porque está asociado a la literatura y a otros temas para su expresión artística. Es parte del patrimonio porque es la mayor aportación del folclore popular a la música. Una música original, distinta del resto de las músicas europeas.
“El flamenco es un producto especialísimo localizado dentro de la tradición de las músicas orientales y, singularmente, en la familia de las músicas mediterráneas.”[1]
La particularidad consiste que en su evolución histórica toma elementos andaluces para constituir una identidad, con un carácter sincrético.
El flamenco como expresión contiene elementos de diferentes tipos: Se conforma de cante, baile y guitarra. Tiene un lenguaje particular, ajustándose a las características fonéticas de la pronunciación andaluza, para ello era necesaria una ortografía propia. Es el producto de una forma de ser y de vivir del pueblo pero que a su vez crea un modelo: ser flamenco es “un modo de vida que trasciende al propio arte, define experiencias, actitudes y comportamientos.[2]
El flamenco se constituye en el canalizador de las expresiones y los sentimientos, incluso de las protestas sociales. El dolor, la miseria, la muerte el amor o el miedo están presentes en sus letras. En él se aúna la creación individual, y la práctica popular colectiva que se expresa en manifestaciones de sociabilidad con una ideología y modo de vida. Formando parte de la identidad del pueblo andaluz.



Estas señas de identidad surgieron en un momento histórico en el que las circunstancias políticas y sociales así lo requerían. Intervienen en su formación la corriente romántica y los viajeros llegados de Europa.
La búsqueda de esa identidad nacional de los románticos es más forzada por las necesidades políticas y económicas que por las necesidad de expresar del pueblo. Se trata de proporcionar una cultura popular al pueblo, así el flamenco, se desarrolla solo en clases populares, aunque en algunos periodos está impulsado por intelectuales de la talla de la familia Machado o García Lorca entre muchos otros.
Cruces Roldán cita a Steingress para concluir que “El arte popular sirvió para construir una identidad colectiva en una sociedad desgarrada socialmente”
[1] CRUCES ROLDÁN C. Más allá de la música: antropología y flamenco. Sevilla 2002. P. 129
[2] Ibis P128

domingo, 14 de noviembre de 2010

La Amistad

Dice Aristóteles que la amistad es necesaria. Pero hace diferencia entre distintos tipos de amistad y si ésta se puede dar en todas las personas.

En primer lugar habría que conocer el objeto de la amistad. “No todo es amado, sino solo lo amable y esto es: lo bueno, lo placentero y lo útil." Aunque cada uno ama "no lo que es bueno para él, sino aquello que se lo parece,”

Son tres las cosas por la que los hombres aman:
-por utilidad: no por ellos mismos sino en la medida por las que se originan mutuamente un bien.
-por placer: se ama a los ingeniosos porque resultan placenteros.

Estos dos tipos aman porque resulta útil o placentero. Por tanto estas amistades son fáciles de romperse ya que cuando se deshace por lo que eran amigos se deshace la amistad. Porque esta existía con vistas a una utilidad.


Perfecta, sin embargo, es la amistad de los buenos y semejantes en virtud, pues estos, se desean mutuamente el bien por igual, en tanto que buenos; y son buenos por sí mismos. Son amigos sobre todo aquellos que desean el bien de sus amigos por ellos, (…) Por consiguiente su amistad perdura mientras son buenos, y la virtud es perdurable.” (…) Con razón es perdurable una amistad de esta clase, pues reúne en sí misma todo lo que tiene que darse en los amigos.”


Según Aristóteles para que exista una amistad de este tipo se necesita tiempo e intimidad “no es posible conocerse uno a otro antes de consumir juntos la cantidad señalada de sal”; tampoco se puede ser amigos antes de que a cada uno le parezca el otro objeto de afecto y confíe en él. Cuando se dan signos de amistad recíproca se desea ser amigos. Pues el deseo de amistad es rápido, pero la amistad no.”
La amistad de los buenos es ajena a la calumnia, porque no es fácil dar crédito a nadie en relación con quien ha sido probados por uno mismo durante largo tiempo.”

En cuanto a los malos, pueden ser amigos en razón de la utilidad y el placer. “Y es que los malos no gozan por sí mismos si no se deriva algún provecho."

Aristóteles en “Etica a Nicómaco” ofrece múltiples consejos para enfrentarse a la vida y comprender un poco más los resortes que mueven al ser humano. Conociéndonos a nosotros podremos comprender a los demás.

Los datos del libro son: ARISTÓTELES. Etica a Nicómaco. Libro VIII. Alianza Edit. Madrid 2008 Pág. 234-260.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Publicidad, libertad, felicidad.

Entiendo que mediante el pensamiento crítico hacia el sistema podemos emanciparnos y sentirnos libres. Pero lo cierto es que algunos aspectos de nuestra realidad se nos escapan de las manos. La publicidad es uno de ellos, ya que es capaz de modifica el comportamiento humano y la percepción de la realidad. Analizar esta realidad, será la forma de liberarnos de esas formas de dominio.

A través de los medios de comunicación de masas se imponen unos valores, un lenguaje, unas necesidades y una conducta. Estos valores no emancipan ni son creativos ya que se reciben de forma pasiva.



El destino del individuo está establecido por el sistema, dice Theodor Adorno (1903-1969). Marcuse, filósofo también contemporáneo, denuncia la forma de represión que se produce a través del sistema capitalista. Dice que detrás de la aparente permisividad y bienestar económico existe un sistema de represión e instrumentalización de conciencias.

Todos somos víctimas de este sistema, pero existen colectivos en que inciden aún más las técnicas y la manipulación publicitaria. El objetivo es crear unas necesidades superfluas en el individuo y convertirlos en consumidores. Vemos anuncios dirigidos hacia los niños, los jóvenes y los hombres. Pero sobre todo enfocados hacia las mujeres por ser este, el grupo social que más consume. Parece que el 80% de las compras están realizadas por ellas. Por tanto no es extraño que la mujer sea objeto de deseo y protagonista de la mayor parte de los anuncios publicitarios. Las técnicas publicitarias deben estar al gusto de las mujeres, aunque es verdad que ese gusto es tan modificable como lo es la propia publicidad. Hacia ellas van dirigido una serie de valores y un modelo estético del que es difícil escabullirse. Al final se convierte en reina y esclava de un sistema que promete la felicidad.

Por último, la frase del publicista Fréderic Beigbeder.
La publicidad exhibe la ilusión de la felicidad para ocultar su verdadero mensaje, que es el de la carencia y el de la insatisfacción, así los anuncios convierten la vida en un espectáculo ilusorio: En mi profesión nadie desea vuestra felicidad porque la gente feliz no consume.”

sábado, 5 de junio de 2010

Habla, palabra...


El lenguaje es un reflejo de la realidad, se conoce a un determinado grupo de acuerdo a su vocabulario. Es la manifestación de una cultura, pues cada lengua contiene los saberes, creencias e ideas acerca de la realidad que comparte una comunidad. El lenguaje es la primera forma con que el ser humano puede objetivar el conocimiento de sí mismo y del mundo. A través de las palabras que se le da a las cosas, el mundo adquiere una fisionomía de un mundo familiar y humano. En el lenguaje se consolida el saber acumulado por generaciones.

La filosofía va más allá y retomará el estudio del lenguaje de una forma más profunda y abstracta, investigando la relación del lenguaje con el pensamiento y el ser.
Desde la Antigüedad numerosos filósofos han abordado el problema, será Heidegger, basándose en la fenomenología de su maestro Husserl, la hermenéutica de Wilhelm Dilthey y la filosofía de Aristóteles quien desarrollará su teoría sobre el lenguaje.
El lenguaje es anterior al habla, cuando nacemos ya tenemos lenguaje, con sus significados preestablecidos. Heidegger habla de una precomprensión del mundo contenida a priori en el lenguaje, que solo emerge cuando se ha nombrado la cosa. Se puede considerar que el lenguaje es la esencia del ser humano y todo lo que puede ser comprendido, será a través del lenguaje.
Todos los conceptos que tenemos y que manifestamos con las palabras, tienen que ver de cómo uno piensa y vive. De su pasado y su cultura. Cada palabra tiene un significado dentro (representación psíquica del objeto mencionado) son conceptos que están conectados a símbolos, como arte, amor, belleza…

Heidegger considera que el lenguaje cuando se sobreusa, pierde el concepto original y por eso estos conceptos ya no son aptos para hacer un estudio en profundidad del Ser. Será la poesía la expresión máxima del lenguaje.
Dice el autor que el ser humano habla incluso cuando no pronuncia palabra alguna. Hablamos cuando escuchamos o leemos. Mediante el habla expresamos y comunicamos estados de ánimo guiados por los pensamientos. Así el habla es expresar, es exteriorizar. Esto presupone que existe un interior que se exterioriza.
El habla es una actividad del ser humano que habla una lengua determinada, luego será el habla quien realiza y resalta al humano, por tanto el hombre sería una promesa del habla. Pero estas características no son suficientes para delimitar el habla de lo que esencialmente es.
Más si debemos buscar el habla del habla en lo hablado, debemos encontrar un hablado puro en lugar de tomar indiscriminadamente un hablado cualquiera. Un hablado puro es aquel donde la perfección del hablar, propio del hablado, se configura como perfección iniciante. Lo hablado puro es el poema. [1]

La forma de estar cerca del habla es hablando. Pero será precisamente donde no encontremos la palabra adecuada a lo que sentimos, y lo que tenemos en mente no lo podamos hablar, cuando el habla nos muestre por un instante su esencia.
Dice el poema de Stefan George “Ninguna cosa sea donde falte la palabra”, la palabra que da nombre a las cosas. Solo cuando se encuentra la palabra existe la cosa, solo de este modo es. Pero solo hay ser si se nombra la palabra apropiada y la palabra toma su propiedad del ser que reside en la palabra. Así, “El lenguaje es la casa del ser. En esta morada habita el hombre. Los poetas y los pensadores son los guardianes de esta morada.” [2]

La palabra es esencia en el sentido de que solo mediante palabras se puede llegar al pensamiento que es la esencia del ser humano, porque sin palabras no hay pensamiento.



[1] http://www.heideggeriana.com.ar/textos/el_habla.htm Versión castellana de Ives Zimmermann, publicada en HEIDEGGER, M. De camino al habla, Ediciones del Serval, Barcelona, 1990
[2] REALE, G. ANTISERI, D. Historia del pensamiento filosófico y científico. Tomo III. Herder. Barcelona 2002. Pág. 525.

domingo, 2 de mayo de 2010

Para los héroes anónimos...

Probablemente a estas alturas te estarás preguntando ya, '¿Qué camino es ese? ¿A qué tanto temor y tanto andar de puntillas por la vida? ¿A qué tanta lucha interna, tanta inquietud, miedo y desesperación?'
Es el miedo y la desesperación de los condenados a recorrer el camino del héroe.
'Existen hombres decididos a no contentarse con la realidad. Aspiran los tales que las cosas lleven un curso distinto: se niegan a repetir los gestos que la costumbre, la tradición, y en resumen, los instintos biológicos les fuerzan a hacer. Estos hombres llamamos héroes. Porque ser héroe consiste en ser uno, uno mismo. Si nos resistimos a que la herencia, a que lo circunstante nos impongan unas acciones determinadas, es que buscamos asentar en nosotros, y sólo en nosotros, el origen de nuestros actos. Cuando el héroe quiere, no son los antepasados en él o los usos del presente quienes quieren, sino él mismo. Y este querer ser él mismo es la heroicidad. No creo que exista especie de originalidad más profunda que esta originalidad 'práctica', activa del héroe. Su vida es una perpetua resistencia a lo habitual y consueto. Cada movimiento que hace ha necesitado primero vencer a la costumbre e inventar una nueva manera de gesto. Una vida así es un perenne dolor, un constante desgarrarse de aquella parte de sí mismo rendida al hábito, prisionera de la materia'. J. Ortega y Gasset, 'Meditaciones del Quijote'