Nada de lo que hacemos o decimos se pierde en el vacío. El aire está lleno del pensamiento de todos. Almafuerte. (1854-1917)

domingo, 15 de diciembre de 2013

Solidaridad. ¿Solo en Navidad?

La solidaridad forma parte de los valores innatos en el ser humano, sin ella la humanidad se habría extinguido. Pero ocurre que a veces, estamos tan inmersos en nuestro propio mundo, en nuestra casa llena de comodidades, que llegamos a pensar en un Estado, que puede cubrir las necesidades de los más desfavorecidos, y con este pensamiento nuestra conciencia queda tranquila. Será durante las fechas navideñas cuando se apela a nuestros sentimientos solidarios, y la publicidad se completa con anuncios de países que sufren desastres geográficos naturales,  sequías, etc. Con ello nos conmueven y nos inducen a colaborar económicamente para su recuperación. Son organizaciones supranacionales que se encargan de llevar los fondos donde corresponden. Eso quiero pensar y no voy a discutir estas actuaciones, pero pienso que cerca de nosotros hay personas que realmente nos necesitan y están totalmente al límite de la pobreza. Más aún, cuando contemplan a su alrededor el lujo y la ostentación de esta sociedad consumista. Creo que es a ellos hacia quién debe dirigirse nuestra caridad, palabra que se ha sustituido por solidaridad. Pues haciendo hincapié en este sentido, existen asociaciones de barrio que a falta de justicia social, promueven la solidaridad con el grupo cercano y auxilian a las familias con hijos que no tienen ni para comer. Son familias normales, en las que todos sus miembros han quedado en el  paro laboral y a veces, incluso sus hijos ya emancipados se ven obligados a regresar a la casa de los padres, ya abuelos. Esa es una triste realidad. Y estas familias tienen la costumbre de comer todos los días. El Estado apenas les deja unas migajas, en el mejor de los casos. Es la solidaridad de sus convecinos a través de la Asociación  A.M.A.M (Asociación Movimiento Altruista de Montequinto), las que hacen llegar algo de dignidad a estos hogares. Los nombres de los necesitados quedan siempre en el anonimato, solo esperando un futuro mejor.
Desde aquí les deseo mucho ánimo a los miembros de la Asociación y suerte en esa recogida de alimentos y juguetes.
(Hoy estuvieron en la cárcel de mujeres llevando alegría a los hijos de las presas y a ellas mismas.)


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