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Castillo de Gaucin. Pérez de Villaamil 1849. |
Los viajeros que visitaron Andalucía en las distintas épocas
generaron un conjunto de mitos y tópicos
sobre nuestra tierra y sus habitantes, sobre su paisaje. La creación de estas
mitificaciones están motivadas por las ideas preexistentes que estos viajeros
albergaban, y la realidad que encuentran en Andalucía. Así podemos explicar las
interpretaciones a cerca de los habitantes, de la distribución de riquezas, de
los paisajes y la selección de imágenes que con el tiempo se cargan de
simbología.
Estrabón (63a.C.- 24 d. C.) escribió en Libro III, 2, 15. "Tienen los tourdetanoi, además de una
tierra rica, costumbres dulces y cultivadas”[1]
“Las orillas del Baítis son las más pobladas; el río puede
remontarse navegando hasta una distancia aproximada de 1200 estadios, desde el
mar hasta Kórdyba, e incluso hasta algo más arriba. Las tierras están
cultivadas con gran esmero, tanto las ribereñas como las de sus breves islas.
Además, para recreo de la vista, la región presenta arboledas y plantaciones de
todas clases admirablemente cuidadas. Hasta Hípalis, lo que supone cerca de
quinientos estadios pueden subir navíos de gran tamaño;” (…) “La Tourdetanía es
maravillosamente fértil; tiene toda clase de frutos y muy abundantes; la
exportación duplica estos bienes, porque los frutos sobrantes se venden con
facilidad a los numerosos barcos de comercio.”[2]
Al
Idrisi (S. XII) dice que Almería se destaca por su riqueza y ubicación para
mostrar “una ciudad de considerable
actividad industrial (...). El valle cercano produce gran cantidad de frutos
(...) La ciudad está edificada sobre dos colinas separadas por un barranco
habitado. En la primera de estas colinas está la Alcazaba , famosa por su
imponente fortificación”. [3]
Navajero (1525) resalta la fertilidad y belleza de unas tierras
sevillanas “llenas de naranjos, limoneros y cidros y de
todas clases de frutas delicadísimas, debido todo lo más a la naturaleza que al
arte, porque la gente es tal que pone en esto poquísimo cuidado”. [4]
Posteriormente
en la Ilustración, el paisaje interesa “como el resultado más o
menos afortunado de la intervención del hombre”[5]
Los parámetros han cambiado, las ideas también. Los viajeros románticos traen
las suyas y bajo ese filtro nos contemplan: unos critican el abandono de la
agricultura a finales del siglo XVIII y
su reflejo en un paisaje de desoladas “colinas que ya no tienen
otro adorno que las plantas con las que la naturaleza las adorna”
(Francisco Peyron, 1772-1773: 286).[6]
Borrow, George. (1803-1881) opina sobre: “Los
andaluces son indolentes y superficiales, aficionados al baile y al cante y a
las diversiones sensuales. Viven bajo el sol más espléndido y el cielo más
benigno de Europa y su país es de natural rico y fértil, a pesar de lo cual no
hay provincia en España donde haya más mendicidad y miseria, puesto que la
mayor parte de la tierra está sin cultivar y no produce más que espinos y
maleza, lo que no deja de ser un símbolo sorprendente del estado moral de sus
habitantes.”[7](…) “Son inclinados a
lo obsceno y a lo que llaman picardías.
Entre ellos, la cultura es una tacha terrible.”
Otros
visitantes se preocupan por la belleza de
“esa región –tan digna de la curiosidad del viajero- en que la naturaleza se
muestra a la vez tan risueña como imponente, en que admiramos los paisajes más
pintorescos: altas montañas cuyas cimas coronan eternas nieves; valles fecundos
donde reina un frescor que ni los ardores caniculares consiguen alterar;
torrentes de cristalinas aguas que se precipitan con estruendo de lo alto de
las rocas y fertilizan los campos sin inundarlos casi nunca.” (Barón de
Bourgoing, 1777-1795).
Poco a
poco Andalucía, empieza a convertirse en un destino de moda y en el siglo XIX
llegan los viajeros románticos con una nueva mirada. Se producirá una
reinvención del paisaje con una serie de valores tópicos, como una tierra
mágica y exótica, muy del gusto romántico. Se busca en Andalucía el ideal de
paisaje mediterráneo. “Buscan una realidad previamente soñada y por ello,
cuando lo que contemplan no responde a la medida de lo imaginado, se
decepcionan”. [8]
Así, elaboran un mapa fragmentario guiados por la admiración y la crítica, creando una imagen de Andalucía que a su vez atrajo a más viajeros.
Ya en el
siglo XX la moda del turismo favorece la lectura tópica creando paisajes
irreales. Desde el sol y playa hasta una Andalucía exótica de influencia
oriental, culta y con lugares únicos.
La forma de vernos los viajeros quizás haya cambiado...o no. Pero...¿Cómo nos vemos nosotros?
FUENTES:
[3] AL-IDRISI (Dozy Nuzhat al-mushta, (edición de R. Dozy y M. J. De Goeje, 1968),
[4] NAVAJERO, A. (1525-1528) “Viaje por España
del mágnífico Micer Andrés Navagero...
[7] Así nos han visto. Crónica de
viajeros por Andalucía. Biblioteca Infanta Elena. Sevilla.
En este último enlace podéis leer el trabajo completo.
Fatal, mi arma, esto ya no es la cuna del arte. A ver cuando vas a volver a ver a los chavales yendo para la feria en grupos cantando sevillanas, o montando cruces de mayo en los patios, cuando la diversion era sana y existian los amigos. Me temo que muchas de esas cosas nunca vuelvan. Saludos.
ResponderEliminarMe temo que no, una de las cosas buenas de antaño era esa solidaridad de grupos: vecinos, parientes, amigos...Por desgracia o por suerte estamos enfrascados en la tecnología. Es otra forma de hacer amigos ¿No crees? Por cierto, esta tierra será siempre la cuna del ARTE, con mayúsculas.
ResponderEliminarUn afectuoso saludo.
Estoy completamente de acuerdo con José Luis y contigo. Es muy de lamentar que tantas cosas buenas vayan evolucionando a degenerar.
ResponderEliminarMe alegro de no tener delante al tal George Barrow, ese...le iba a decir cuatro cositas muy claritas para que profundizara más y mejor en Andalucía.
Sí, yo he participado en la Cruces De Mayo, de chica, de jovencita íbamos cantando andando a la Feria, (cuando se ubicaba en El Prado).
Tengo que agradecerle a las nuevas tecnologías a contar con vuestra amistad, eso ya compensa.
La cuna del ARTE en muchas cosas es: ANDALUCÏA...
He dicho.
Besos.
Qué alegría me has dado hoy al verte en la UPO!
ResponderEliminarNiña, te dejo este comentario para que no te olvides que el Viernes de Dolores, hagas todo lo posible para reunirte con nosotros en Sevilla. Apróximadamente sobre las 10,00.
Estaremos en contacto.
Desayunaremos, y nos pondremos al día. Voy con mis profes y compis, son geniales. Si tienes a alguién en casa esos días y le apetece, tráetelo también, nos lo pasamos estupendamente.
Un saco de besos.