Cuando vemos las oportunidades que hemos perdido en nuestra vida, nos lo reprochamos a nosotros mismos. Pero debemos comprender que el curso de nuestra vida, no es nuestra propia obra sino producto de dos factores: un conjunto de acontecimientos y una serie de decisiones.
En ambos, nuestro horizonte es limitado. No podemos prever nuestras decisiones ni predecir los acontecimientos. Solo podemos conocer las decisiones inmediatas y los acontecimientos actuales.
Por tanto, nos vamos dirigiendo a nuestra meta de manera aproximada, según las circ
unstancias que nos rodeen, y tomamos decisiones esperando acertar cómo llegar a nuestro objetivo. Así nuestros propósitos y nuestras circunstancias, tiran en dos direcciones distintas. La diagonal es nuestra vida.Tampoco en nuestros planes tenemos en cuenta las transformaciones que el tiempo opera en nosotros. Por ejemplo, pasamos meses o años preparando una obra y el tiempo, inadvertidamente nos va quitando la fuerza para la obra misma.
Son factores a tener en cuenta a la hora de valorar nuestras oportunidades perdidas. Podemos tener, aparentemente, libertad de elección en todos nuestro actos, pero en definitiva son las circunstancias quienes en mayor o menor medida pueden decidir por nosotros. Ortega y Gasset habla del Héroe, aludiendo a quien no se deja llevar por dichas circunstancias. El texto al que hago referencia es el que abrió este blog y se puede leer en http://hantoniaconache.blogspot.com/2010/05/para-los-heroes-anonimos-probablemente.html
En ambos, nuestro horizonte es limitado. No podemos prever nuestras decisiones ni predecir los acontecimientos. Solo podemos conocer las decisiones inmediatas y los acontecimientos actuales.
Por tanto, nos vamos dirigiendo a nuestra meta de manera aproximada, según las circ
unstancias que nos rodeen, y tomamos decisiones esperando acertar cómo llegar a nuestro objetivo. Así nuestros propósitos y nuestras circunstancias, tiran en dos direcciones distintas. La diagonal es nuestra vida.Tampoco en nuestros planes tenemos en cuenta las transformaciones que el tiempo opera en nosotros. Por ejemplo, pasamos meses o años preparando una obra y el tiempo, inadvertidamente nos va quitando la fuerza para la obra misma. 
Enhorabuena de nuevo por el blog, el contenido que en él depositas y por la oportunidad que nos ofreces a los demás de compartir nuestras opiniones contigo.
ResponderEliminarOportunidades perdidas que para mí serían Oportunidades vividas con sus éxitos y fracasos pero siempre cargadas de experiencia.
Pero como el humano, es un ser descontento, casi siempre buscará el balance negativo en el que enmarcar su trayectoria de vida. Sin tener en cuenta, que pese a las adversidades y derrotas hay un elemento importante; las ilusiones. Una llave que hace posible que nuestros sueños se hagan realidad. Aquello que nos parece imposible e inalcanzable por la magia que posee, pero por lo que debemos luchar.
Ese es nuestro proyecto personal. Y para llegar a él es necesario no desesperar y afrontar la realidad de uno mismo con sus derrotas y adversidades.
Si tomamos las adversidades y el sufrimiento que conlleva como un aprendizaje más de nuestra vida, es posible que salgamos vencedores en nuestra propia experiencia y por supuesto capaces de retomar ilusiones que nos lleven a ser artesanos y constructores de nuestra trayectoria a seguir. Ese espíritu de superación nos hará ser felices y poder proyectarnos hacia los demás.
Loly
De nuevo das en la clave, diciendo la palabra mágica: ILUSIONES.
ResponderEliminarDe eso sabemos un rato…y que no falten.
Se pierdan o no las oportunidades, nos quedará la ilusión y la experiencia adquirida en esas vivencias. ¡Qué bien lo dices, Loly!
Me siento orgullosa de que aportes tu opinión en este blog, ya ves cuánto se enriquece una simple entrada si va acompañada por una opinión tan meditada.
Anímate a compartir con nosotros/as tus pensamientos. Ya sabes que los tengo muy en cuenta.
Un beso y mil gracias.