
Introducción histórica:
Los acontecimientos del 68 no se producen solamente en
París, pero tras la toma de la Sorbona y la apropiación del espacio público, se
producen cambios que afectarían a todas las estructuras del mundo occidental.
En primer lugar, dejaría patente un abismo generacional entre los padres que
vivieron la II Guerra Mundial y una juventud que se revela ante los unos valores represivos
y cargados de tabúes.
Después de la guerra, el mundo queda dividido en dos bloques,
el capitalista y el comunista: EEUU y URSS. Se produce la tensión de la Guerra Fría, la
carrera armamentística y también un gran desarrollo tecnológico, científico y
económico.
Por el cambio económico, los campesinos acuden a las
ciudades. Estas verán aumentada su población considerablemente, algo que modificará la
configuración de la ciudad tradicional. El modelo que surge será un centro
administrativo y comercial rodeado de barrios periféricos, relacionados entre
sí por infraestructuras viales, llenando así el espacio con vehículos públicos y
privados.
Vamos adentrándonos en una economía capitalista en la que es
necesario cada vez más personas cualificadas para cubrir los puestos de trabajo
que se van generando. Las familias ahora se pueden permitir el lujo de ofrecer
a sus hijos estudios superiores, con esto las escuelas, institutos y
universidades incrementan enormemente sus puestos docentes. Este crecimiento
casi repentino dio lugar a una nueva clase social con fuerza política.
Las mujeres igualmente van reclamando su sitio y de forma
progresiva se incorpora al mundo del trabajo remunerado y a veces en cargos de
responsabilidad. Esta masiva entrada en el mercado laboral, daría lugar a la
expansión de movimientos feministas en la década de los 60-70 y a una reconfiguración de la familia tradicional, con menos hijos y donde la superioridad del hombre y de las generaciones más ancianas va cambiando paulatinamente. El aumento del número de divorcios, la revolución sexual y la legalización de la homosexualidad contribuyeron al cambio. En pocas palabras, la revolución cultural tiene como protagonistas a la juventud, la familia y las mujeres.
La juventud, empezó a considerar que los años entre los 20
y los 30 era el periodo culminante de su existencia viéndose reflejada en el espejo de
estrellas del rock como Bob Marley o Janys Joplin que tenían una vida intensa y
libre, aunque su muerte fue prematura. La generación que vivió la guerra no entendía qué querían y pretendían sus hijos,
nacidos en época de prosperidad económica y bienestar social. Pero sus hijos no
estaban dispuestos a seguir los dictados vitales de sus mayores. Por ejemplo,
el trabajo ya no se entendía como base de seguridad y desarrollo humano sino
como un mal al que se volvía si era necesario, el objetivo estaba en
profundizar en el desarrollo interior de uno mismo.” El nuevo modelo de vida
estaba marcado por el individualismo” cada cual iría a lo suyo. Fue el paradigma que se impuso en el mundo anglosajón y que a través de la música, la moda o el
lenguaje se ponía en entredicho los valores tradicionales buscando nuevos
modelos de actuación.
La nueva estética, las drogas y el sexo simbolizaban
la ruptura con las leyes y normas de estado en este camino hacia la liberación
social y personal.
La revolución
cultural quería erradicar las viejas normas y conseguir la plena autonomía del
individuo, por tanto no había reglas, cada persona debería escoger sus propias
normas después de una profunda reflexión.
Bibliografía
Y. Aznar, J. Martínez. Últimas tendencias del arte.