Óleo de Martín Morgado |
Uno de los investigadores a cerca del
tema que mantiene esa opinión es el Profesor Faustino Núñez. Además de no
vincularlas en su totalidad al pueblo gitano, afirma que algunas coplas flamencas tienen una gran
influencia americana por varios motivos: Por su situación geográfica y por la
relación colonial, comercial y artística entre ambos lados del Atlántico.
El flamenco no se puede
confundir con folklore ni tiene un único origen. La variedad de tonos de sus
notas son características de la música oriental o de los cantes americanos: “…el flamenco es la reinterpretación artística
de la tradición musical hispana en la que convergen diversas culturas”.
El
Profesor, como músico distingue compases y sones procedentes de América que son
idénticos a ciertas coplas flamencas. Algunos eran los llamados Cantes de ida y
vuelta, denominados así porque a causa de las ideas etnocentristas, se pensaba
que eran coplas nuestras, llevadas por los andaluces y que volvieron de América
con su influencia. La investigación basada en estudios de hemeroteca y musicales, demuestra que son
músicas de origen americano que los flamencos reinterpretan, por tanto hay que
llamarlos Cantes americanos.
Era
lógico pensar que la influencia americana en España era una realidad, y mucho
más en la música: Grupos de comedias
iban a “hacer las Américas” y durante la gira, aprendían cantes y ritmos que posteriormente mostrarían
en la península.
Sin duda, América revolucionó la música.
Desde 1493 hasta 1830 los primeros estilos flamencos se nutren de estilos provenientes de esas tierras. Por ejemplo:
El
tango cubano llega a Cádiz a mitad del siglo XIX y se adapta en distintas
versiones y según los ritmos y pequeñas variaciones musicales se transforman en
habaneras, tientos, rumbas, la farruca y el garrotín.
Del punto cubano surge la guajira, y la petenera
que se creía de origen sefardí o de Paterna de Ribera, resulta que procede de
Méjico, del Petén. El son llega a Cádiz y los flamencos la interpretan en
versión flamenca.
Las
colombianas son las guajiras con aire de tango y sería Pepe Marchena quien las
populariza a raíz de una copla llamada Mi colombiana. Este estilo se denominó colombianas
De
Argentina, gracias a Paco de Oro y su hija llegan las milongas de Pepa Oro
inspirada en sones porteños. Una versión más triste sería “La hija de Juan
Simón” y de esta versión melancólica surge la vidalita.
De la guaracha cubana tenemos la rumba
flamenca con su variante de rumba catalana.
En cuanto a instrumentos flamencos americanos,
solo tuvo éxito el cajón peruano, incorporado al género por Paco de Lucía y Rubén Lanzas.
La fusión continua, la música es libre y
se convierte en un lenguaje universal que nos une a todos, que puede expresarlo
todo y que gracias a investigaciones como estas reconocemos las buenas
influencias recibidas.
Pero como mis
conocimientos son muy limitados, os propongo los blogs del Profesor
Faustino Núñez y la conferencia en la que aborda estos Cantes de ida y vuelta.
Si tengo algún error, en estos blogs se subsanará. Espero que os interesen.