Nada de lo que hacemos o decimos se pierde en el vacío. El aire está lleno del pensamiento de todos. Almafuerte. (1854-1917)

miércoles, 15 de enero de 2014

Consideración del artista en la Antiguedad

Este es un fragmento de un trabajo de 25 páginas que estoy haciendo para  la asignatura de Teoría del Arte del grado de Historia del Arte. El título es "Antiguedad clásica: Teorías estéticas aplicadas al retrato."

El concepto de artista no existía en la Antigüedad clásica. Se consideraba que eran artesanos y se le tenía escasa estima. Al escultor y al pintor se le llamaba banausos  e implicaba bajo y vulgar por el hecho de trabajar con las manos. Sin embargo la cultura griega distingue entre la obra de arte y el artista que la produce, Plutarco dice: “Disfrutamos de la obra y despreciamos al artista” 
Esta situación dio lugar a debates entre filósofos que se preguntaban si las obras de los artesanos tenían "algo más" es decir, si usaban su imaginación o si estaban impregnadas por el sentimiento y el estilo de su autor. Pero como el concepto de dichas obras es muy diferente al que concebimos en la actualidad, la pregunta se inició cuando se representaba visualmente a los dioses y por qué de una determinada forma. Se consideró que puesto que los dioses eran invisibles no podría ser adecuada su representación visual.
Estas corrientes de pensamiento llevaron a cuestionarse qué  ocurría en la mente del artista, que les permitía percibir la forma divina.

Según Dion de Prusa las imágenes que hacen los hombres de los dioses proceden de cuatro fuentes:
v  Una imagen innata que reside en el alma,
v   Las imágenes que transmiten los poetas
v    Las que presentan los legisladores.
v  La cuarta la pone en boca de Fidias: “…aquella que deriva del arte plástico y del trabajo de expertos artesanos que hacen estatuas y representaciones de los dioses, me refiero  a pintores y escultores y canteros que trabajan la piedra; en una palabra, todo el que se considere merecedor de ofrecerse como retratista de la naturaleza divina a través del uso del arte.”[1]
Dión se anticipa a la creencia medieval, asegurando que las imágenes que proceden del arte son peligrosas. Su análisis sobre el poder creativo del artista no alude a la fantasía, aunque admite que al configurar su obra está siguiendo la imagen que reside en su mente. Este proceso de creación se convirtió en un problema donde críticos y filósofos se preguntaban: “¿Cuál es el origen de la forma en la que él moldea su material y cómo se transfiere esta forma de su mente a una pieza de mármol o a una pared? [2]Llegado este punto, la cultura clásica estaba preparada para desarrollar una teoría psicológica del artista creativo.

Quintiliano nos ofrece una definición de fantasía en el siglo I d.C. “Lo que los griegos llaman phantasiai nosotros llamamos visiones; imágenes que representan objetos ausentes de una forma tan clara para la mente, que creemos verlos con nuestros ojos y tenerlo ante nosotros”.[3] La fantasía estuvo también relacionada con la concepción de una imagen mental y por ello se la pudo considerar como el origen de la obra del artista.
Para ser un artista no era suficiente percibir una imagen mental fantasiosa, era necesario transmitir su visión  a la materia, además de técnica, habilidad y maestría en las reglas. Apolonio  dice que “la facultad de imitar le viene al hombre por naturaleza, pero la de pintar, por el arte.[4]

Filostrato el Joven, siguiendo los pasos de su abuelo, escribió sobre arte en el siglo III d.C. y opina sobre el artista “debe poseer un buen conocimiento de la naturaleza humana, debe ser capa de discernir los signos del carácter de los hombres, incluso cuando estén en silencio, así como lo que se revela por el aspecto de las mejillas y la expresión de los ojos y de las cejas y, resumiendo el asunto, todo lo que tiene que ver con el espíritu”.[5] La tarea más importante del pintor es mostrar el carácter, las emociones y los estados de la mente.

Pero la apreciación de la expresión actúa en contra de la belleza simétrica,  pues la medida y la simetría equivale universalmente a la belleza y a la virtud”.Afirma Platón
Aunque es cierto que durante este periodo de tiempo, desde Platón en el siglo IV a.C. y el III d.C. el estatus del artista experimenta varios cambios, pero nunca se consideró al pintor y al escultor provisto de inspiración, como es el caso de los músicos o poetas. Platón explica que estos últimos no componen sus obras siguiendo solamente las reglas de la techné, sino que es la intervención divina la que los hace capaces de crear sus obras.




[1] M. BARASH. Teorías del Arte. Edit. Alianza. Madrid1995. Pág. 35
[2] M. BARASH. Teorías del Arte. Edit. Alianza. Madrid1995. Pág. 38
[3] Institutio Oratoria, (VI.2.29) 
[4] Vida de Apolonio de Tiana. Filóstrato (II.22) 
[5] Platón  Ion, 533c y ss.