Nada de lo que hacemos o decimos se pierde en el vacío. El aire está lleno del pensamiento de todos. Almafuerte. (1854-1917)

miércoles, 19 de junio de 2013

Rechazados por el Rey.

Alonso de Covarrubias. El Greco.
           Las ideas y la cultura que Doménico Theotocopuli adquiere durante su estancia en  Italia lo confirman como un hombre del Renacimiento. Su preparación  humanista podría estar en disonancia con las reglas del Concilio de Trento. Quizás esto fue lo que ocurrió, cuando Felipe II le encarga para El Escorial El martirio de San Mauricio, obra que finalmente  no fue del agrado del monarca.
            Cuando marchó a Toledo,  tenía amigos influyentes que le consiguieron numerosos encargos. Uno de estos trabajos, era el retrato  de Alonso de Covarrubias.
 Una circunstancia une a ambos: el Arquitecto era Maestro mayor de las obras de la Monarquía, pero para la construcción de El Escorial no fue solicitado, por expreso deseo de Felipe II. Igualmente la pintura del Greco también fue rechazada, aunque el monarca la conservara para sí. Probablemente este detalle sería motivo de largas conversaciones entre los dos, mientras lo retrataba o sentados en la biblioteca de Doménico, escuchando el grupo de música que El Greco mantenía. Temas humanísticos, distinguir las artes liberales de las artesanales…En este punto habló el Pintor:
Martirio de San Mauricio. El Greco.
          

  -"Comparo la pintura con la música, que viene de musa y es arte del entendimiento.
 La cítara es como el pincel, no es un instrumento mecánico, sino un medio para plasmar la idea y un ideal de belleza."



martes, 4 de junio de 2013

Artistas con alma

En entradas anteriores ya os he mostrado algunos de los relatos históricos que tuve que idear para continuar en el curso virtual "Renacimiento y Barroco". En este caso se obliga a hacer coincidir  a El Greco, Velázquez y Murillo en un espacio: en el Museo del Prado. La historia la comencé de este modo:

Fue un encuentro imposible. Solo los artistas sevillanos coinciden en el tiempo. Aún así los imaginamos reunidos en alma, que no en cuerpo, en una sala del Museo del Prado. Extremo  muy probable,  ya que cada artista deja algo de sí mismo en su obra, y es posible que deambulen por los pasillos del Museo.

Greco - El tiempo finalmente nos ha reunido en Madrid, en tu tierra querido Diego, pintor de reyes, artista con un estilo personalísimo, me satisfizo la lección que distes al petulante  Carducho al no firmar Las Lanzas…ja,ja,ja  ¡Una lección magistral!

Velázquez - No Doménico, yo no vine al mundo en Madrid, las circunstancias y mi propia ambición me trajeron hasta aquí. Siempre eché de menos a mi querida Sevilla y envidié a mi paisano Murillo,  por despreciar lisonjas que lo mantuvieran ausente de su origen.

Murillo - ¡Cómo no iba a ser así! Tan solo una vez salí de Sevilla y… ¡Virgen! ¡Cuánto la necesité! La luz de mi ciudad me hizo como soy… ¿Habría yo pintado con otra luz y otro aire u otra forma de ver las cosas?

Greco - Yo tampoco. Pinté como desde mi alma lo veía, pinté el cielo de Toledo como un paisaje, colores inarmónicos, irreales, caras afiladas…
Ahora el mundo intentar ver entre pinceladas y averiguar lo que realmente queríamos expresar... ¡Qué divertido es todo esto amigos!